El Merendero Gisela López lleva más de dos años alimentando a los niños del barrio 120 Viviendas y otras zonas de Santa Elena, todos los sábados. Comenzaron dando la merienda a unos 30 chicos, pero ante la crisis económica, esa cantidad se duplicó y "la plata ya no alcanza", contaron a La Sexta.
Gabriela Monzón, madre de Gisela López, víctima de feminicidio en 2016 en Santa Elena, decidió junto a su familia convertir el dolor, en servicio a los que más necesitan.
"Les damos la leche y las facturas, que nosotros mismos las hacemos, y cuando hace calor cambiamos a otras opciones como jugo, pizza", describe.
También realizan celebraciones especiales para la gente del barrio, como el Día del Niño, el Día de la Madre o algún cumpleaños, cuando ofrecen tortas y entregan regalos.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, "vienen cada vez más gurises y nos está costando un montón", reconoce Gabriela. Y aclara: "Como somos asociación civil, tenemos una tarjeta Sidecreer de la Provincia con la que nos dan 4.125 pesos por mes; pero lo que sucede es que cuando empezamos venían unos 30 y ahora ya son unos 60 gurises que atendemos todos los sábados". "Por suerte también hay un chico que nos da fiambre para hacer tartas", agradece.
Pero a pesar de las dificultades, la mujer no se rinde y apuesta a más: "Mandamos una nota pidiendo el comedor sábado y domingo pero estamos esperando una respuesta", cuenta.
El caso por el brutal asesinato y violación de su hija, permace impune. Ayudar a los demás parece ser el modo que Gabriela y su familia encontraron para continuar luchando contra el sufrimiento, el suyo y el ajeno, a la espera de justicia: la propia y la social. "Nosotros seguimos acá, y vamos a seguir trabajando. Pero no queremos que nadie se olvide el caso de Gisela", concluye la mujer.



















